No guardemos minutos de silencio, no nos vistamos de duelo.
Lancemos un grito al aire y vistámonos de guerreros en defensa de RTVV, nuestra
radio, nuestra televisión, nuestra cultura y también nuestra tradición. Hoy el
cierre del medio valenciano por excelencia ha estado en boca de todos. Mentiríamos
si dijéramos que no éramos conscientes del oscuro final que amenazaba a RTVV,
pero muchos afirman con absoluta certeza que su cierre no era la única salida. Al
parecer, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra no opina lo mismo en
sus declaraciones pues ha afirmado que “el cierre de RTVV es innegociable y se
procederá, tan rápido como sea posible, a su cierre”.
Todo comienza con un ERE que iba a sacrificar los puestos de
trabajo de casi mil personas, un ERE que el Juez declaró ayer por la tarde nulo
por vulneración de derechos fundamentales y que obliga a readmitir a
unos mil trabajadores. La decisión del TSJCV sume en el
caos la existencia de RTVV, que deberá afrontar una cifra millonaria para pagar
al millar de trabajadores. Es por ello por lo que la televisión y la radio
valencianas cierran sus puertas y entre otras cosas, porque Fabra afirma que es
más importante destinar ese dinero a otros servicios públicos más fundamentales
como la educación o la sanidad, que razón no le falta pero si de verdad lo
aplicase otro gallo cantaría.
La mala gestión política y económica ha hundido y herido de
muerte a un medio autonómico que brindaba informaciones sobre nuestra historia,
nuestra cultura, nuestra lengua y tradición. Una radio y televisión públicas
que en los últimos años han estado sometidas a la exigencia del actual gobierno valenciano,
un medio silenciado y censurado. No es la primera vez que lo hacen pues también
ocurrió con TV3, de la noche a la mañana, los valencianos no podían sintonizar
con este canal, también fue censurado. Eso ocurrió en 2011, dos años más tarde,
RTVV se ve obligada a cerrar sus puertas. La llegada del Partido Popular a la presidencia de
la Generalitat Valenciana ha sido lo peor que le podría pasar a la radio y a la
televisión valencianas. Pero no solo ha servido como vehículo propagandístico
sino también para desviar dinero público a sus propios intereses, de ahí a que
la trama Gürtel tenga tanto que ver con todo esto.
Entretanto, el futuro del periodismo y del mundo de la comunicación se tiñe de negro. Es una mala noticia para todos, pero en especial para los profesionales y para los estudiantes de este sector, muchos de ellos ahora en la calle y el resto intentando hacerse, poco a poco, un hueco en este mundo tan reñido y castigado por la crisis (el segundo después de la construcción). Con todo, la plantilla de trabajadores casi al completo de
Nou Televisió mandaban ayer un comunicado a su audiencia donde expresaban sus ganas
de trabajar, de mantener el medio a flote, de comenzar una nueva etapa con una
gestión correcta para poder seguir ofreciendo la información más cercana
posible a su audiencia ya que esa es la razón de su existencia: fortalecer la
identidad de los valencianos.
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